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Social Domingo 18 de Octubre de 2020 | Publicado a las 17:26 | Actualizado a las 18:17

Víctima de trauma ocular en Valdivia acusa “inoperancia en materia de DDHH” del Gobierno en Los Ríos

Publicado por: Constanza Riquelme
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Imagen de contexto | RioenLinea

A un año del estallido social en nuestro país, una de las víctimas de trauma ocular en Valdivia hizo un recorrido por el proceso que ha llevado adelante durante este tiempo, acusando “falta de empatía e inoperancia” por parte de los representantes del Gobierno en Los Ríos.

En octubre del año pasado Felipe Bórquez, profesor de Inglés de 36 años, participó en una manifestación en Valdivia, en el contexto de las movilizaciones que se desarrollaron a nivel nacional durante el denominado estallido social. Dicha manifestación se desarrolló específicamente el 29 de octubre del 2019.

Ese día Felipe recibió un perdigón que habría provenido de un arma manipulada por un funcionario de Carabineros, quienes se encontraban en el lugar realizando labores para disuadir a los participantes de la manifestación. El proyectil entró por el párpado inferior del ojo derecho de Felipe, lo que le causó la pérdida casi total de la visión en ese ojo.

A casi un año del hecho, el profesor de Inglés de 36 años hace un recorrido por el proceso al que ha debido enfrentarse no sólo en lo médico, sino también en lo psicológico y emocional. Además, se refirió al proceso judicial que aún lleva adelante buscando justicia.

Daño ocular permanente

Felipe Bórquez detalla que desde que recibió el perdigón “estuve con tratamiento físico para deshinchar la zona de mi ojo y con medicamentos. Hasta fines de enero estuve en control con oftalmólogo, cirujano maxilofacial y otorrinolaringólogo”. Entre los profesionales que lo trataron se buscaba la forma de extraer el proyectil que Felipe mantiene alojado aún en su cuerpo.

A fines de abril de este año tuvo la posibilidad de viajar a Santiago para recibir atención médica en la Unidad de Tratamiento Ocular (UTO) del Hospital del Salvador, donde finalmente corroboraron que extraer el perdigón podía ser un procedimiento muy riesgoso, ante lo que se le recomendó no hacerlo.

Felipe agradece haber estado siguiendo un tratamiento psicológico en ese momento, el que según él, le ayudó a asumir el proceso de una mejor forma. Sin embargo, asegura que fue su entorno más cercano, específicamente su familia, quienes se vieron más afectados.

El joven explica que “hasta el día de hoy aún estoy descubriendo mis limitaciones respecto a mi visión mono ocular. Todavía choco con los marcos de las puertas, me cuesta calcular las distancias en las escaleras”, agregando que “incluso debo andar con gafas dentro de la casa porque la luz me molesta mucho. Para mí ha sido complejo seguir adaptándome a esta nueva vida en lo físico”.

Además, ha sido todo un desafío para él desarrollar sus actividades de docente en contexto de pandemia, cuando las clases se realizan en formato online, lo que le causa un agotamiento de la vista mucho mayor, tal como relatará más adelante.

A un año del estallido social

“Estamos en una fecha sensible y claro, no pensé que eso me iba a afectar tanto. Al acercarse esta fecha es un poco angustiante saber, ser consciente que ya ha va un año de esto”, comenta Felipe respecto al año que ha transcurrido desde el inicio del estallido social en Chile el 18 de octubre del 2019 y cuyas manifestaciones en Valdivia partieron el 19 de octubre de ese mismo año, pero también respecto al día en que fue impactado por un proyectil que lo marcó para siempre.

Bórquez también se refirió a las demandas sociales durante la crisis sanitaria en país, asegurando que mucho de lo manifestado durante las movilizaciones del año pasado ha quedado aún más expuesto en este contexto de pandemia.

“Con respecto a la situación nacional, ha sido un año super complejo, desde que se intentó retomar las movilizaciones en marzo, estas fueron un poco aplacadas por la pandemia. Estamos con sentimientos contenidos que durante esta fecha  nos van a hacer explosión creo yo. Van a generar esta efervescencia”, aseveró Bórquez, quien agregó que “ya desde el año pasado en el estallido social se visibilizó mucho de lo que veníamos sufriendo a nivel país y la pandemia llegó a profundizar y visibilizar aún más esas falencias que tenemos como sistema. El hecho de no poder optar a una salud de calidad y digna, que no se ha podido hacer efectivo en un contexto tan difícil como este”.

“Falta de empatía y de sentimiento comunitario”

Felipe cuenta que los tratamientos médicos a los que se ha sometido luego de haber recibido el proyectil, el que aún mantiene alojado cerca del cerebro, han sido costeados por él. Sin embargo, no es sólo la falta de ayuda médica lo que le causa molestia, sino también lo que calificó como “falta de empatía y de sentimiento comunitario” de los representantes del Gobierno en la región.

Bórquez se refirió al rol que ha jugado en este proceso el Intendente de Los Ríos, César Asenjo, asegurando sobre el representante del Gobierno en la región que “deja entrever la inoperancia del Gobierno Regional, sobre todo en lo relacionado a derechos humanos. No ha habido ninguna autoridad que se me haya acercado para preguntarme qué fue lo que me ocurrió, si estaba bien o para sumarse a la querella que presentamos. Tampoco para prestarme ningún tipo de ayuda médica”. 

El profesor de Inglés continuó su relato expresando que “me causa mucha impotencia y rabia que ese servidor público no tiene nada de sentido social ni tampoco trabaja para ser un servidor público. Me parece super mal que actúe de esa manera, intentando invisibilizar las cosas que están ocurriendo acá, sobre todo en materia de derechos humanos”.

“En su momento tuve la expectativa que se preocuparan de uno, de la situación de uno. Al menos eso”, añadió Felipe, aseverando además que “la falta falta de empatía, el poco sentimiento comunitario que tienen las autoridades es lo que me molesta la verdad”.

Al ser consultado sobre lo que espera hoy, a casi un año de lo ocurrido, Bórquez aseveró que “por ahora lo que yo busco es verdad y justicia. La reparación vendrá después, con más calma. Sé que me la deben, sé que la debo exigir, pero no es lo busco como prioridad. Ahora lo que busco en realidad es que se haga justicia”.

Cuando el mismo Felipe confirmaba en noviembre del 2019 que el daño ocular que sufrió sería permanente, el encargado regional del Instituto Nacional de Derechos Humanos llegó hasta el hospital para entrevistarlo, informándole que recopilarían todos los antecedentes para ayudarlo a realizar la querella correspondiente tanto en Fiscalía contra Carabineros y el Estado y para organismos internacionales.

Sobre los acciones judiciales iniciadas el 2019, Bórquez comentó que ante la crisis sanitaria los procesos se han visto ralentizados.

“La Fiscal que lleva nuestros casos se supone que tiene dedicación exclusiva para asuntos de violaciones de derechos humanos. No sé cuántos casos llevará hasta el momento, cuando yo supe creo que llevaban entre 12 y 15 aproximadamente, pero creo que eso no justifica que las querellas no avancen, que todavía estén en proceso de investigación, que no se haya formalizado a nadie. Me causa un poco de suspicacia eso la verdad”.

Felipe cuenta que mantiene contacto con otras víctimas de trauma ocular en Los Ríos, al menos hasta antes de la pandemia por Coronavirus. En este sentido, habla sobre otros dos jóvenes con quienes el sentimiento de abandono es compartido y asegura que “hablamos el mismo idioma con los muchachos  y no sólo en la región, a nivel nacional también”.

“Yo he tenido la posibilidad de organizarme y participar activamente de la Coordinadora de Víctimas de Trauma Ocular. Yo inventé a los machos a participar de esto, pero ellos están viviendo otros momentos del proceso ahora y eso hay que respetarlo y no presionarlos. En algún momento se sumarán y si no, está bien. Yo voy a seguir la lucha porque ellos también consigan lo que necesitan, lo que exigen y lo que todos queremos”.

¿Estigmatización de las víctimas de trauma ocular?

Actualmente y tras un largo proceso de adaptación que, según él mismo explicó, aún sigue desarrollando, Felipe Bórquez ha intentado retomar sus actividades como profesor de Inglés en un liceo de Río Bueno, lo que no ha estado exento de complejidades dada la modalidad de clases online, lo que le implica estar muchas horas frente a la pantalla de su computador y que resulta realmente agotador para su vista.

“Me duele mucho la cabeza, con esos dolores tengo que tener mucho cuidado porque me dijeron que cualquier dolor tenía que correr a Urgencias para que me examinaran. Esto, porque podía ser una infección causada por el perdigón que tengo ahí alojado”, explica Felipe, quien además comentó que durante este periodo ha debido concurrir en dos ocasiones a un recinto asistencial por dolores que podrían estar asociados a su trauma ocular. Además, destaca que la complejidad de su caso estaría asociada a que “se sabe que el proyectil es metálico, pero no qué tipo de metal contiene, por lo mismo debe estar monitoreándose constantemente”.

Sobre las labores que ha desempeñado en el último tiempo en el ámbito profesional, Bórquez comenta que “tenía mucho miedo. No sólo en el trabajo, en otros contextos también porque uno no sabe lo que puede pensar otra persona. Ven a un tipo afectado por un trauma ocular y piensan que el tipo es un violentista, andaba tirando piedras, haciendo barricadas”.

“No todos lo ven así, pero las personas que piensan de esa manera lo asocian de esa forma, entonces claramente era para mi un tema a la hora de trabajar”, agrega el joven. Sin embargo, cuenta que cuando debió comentar lo que le había ocurrido en su lugar de trabajo dadas las complicaciones a las que se enfrentó por la realización de clases en formato online, recibió, según explicó, afortunadamente una buena acogida y apoyo de la comunidad con la que trabaja.

Finalmente, y recordando el plebiscito del próximo 25 de octubre como hito que forma parte de un proceso que se convirtió en una de las principales demandas sociales exigidas a nivel nacional durante el estallido social, Felipe Bórquez dijo esperar que “no dejemos las calles hasta que realmente veamos un cambio y tengamos la dignidad que exigimos”, concluyó.

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