Un toque de distinción

Todavía resuenan las palabras del ministro Fontaine respecto a construir un puente subacuático en el cruce Las Mulatas. Nadie podría negar que suena bien, y que la primera piedra será una ceremonia de alto vuelo, donde los candidatos en carrera, junto a otros “tapados” de todo el espectro político local, aprovecharán de mostrarse  sorprendidos, y declarar que solamente serán candidatos “si la gente lo pide”. Un discurso más viejo que el hilo negro, pero en fin.

Imagino que algunos como el suscrito, o más de algunos, quedaron algo desconcertados con el anuncio del ministro, en consideración a lo sucedido con el Cau Cau, obra que se anunció con bombos y platillos y a cuya primera piedra, Piñera incluido, asistí en mi condición de concejal, oportunidad en que le manifesté a un colega Ing. Constructor asistente al evento, mis aprensiones profesionales, respecto a las capacidades técnicas y humanas disponibles para dicha obra.

El ministro Fontaine es un buen economista; leo sus columnas y mayoría de veces coincido con sus análisis, pero la Construcción es una actividad muy diferente. Si bien la economía tiene sus vaivenes y es difícil  de predecir su comportamiento, la construcción es aún peor, ya que es una actividad donde “el imprevisto es lo normal  y la rutina  la excepción” y por eso hay que ser cuidadoso. De muestra un botón. ¿alguien de los que leen esta columna, que ha ampliado o remodelado su casa, no se ha visto en la necesidad de acudir al banco, o echar mano a los ahorros que estaba juntando para ir a Punta Cana con la familia, para terminar la obra por un aumento del presupuesto original ?

No se puede desconocer que un viaducto así sería una novedad y algo digno de admirar, amén de dar a nuestra querida ciudad “un toque de distinción”, pero presiento que alguien pensaba lo mismo cuando saltó la idea del primer puente basculante de América Latina, y ya vimos lo que sucedió. Reconozcamos eso sí, que ahí la situación se contaminó con la política ya que había otro gobierno, y eran casi públicas las discrepancias entre el alcalde Sabat y el Intendente, y ni hablar entre Sabat y el ministro Undurraga, oportunidad en que a mi juicio, nuestro alcalde careció  de modales con el entonces ministro MOP. Más encima se venían las elecciones municipales, lo que contaminó aún más la situación, ya que el viaducto estaba en el centro de la atención, incluso mundial, y era la oportunidad para que los candidatos pudieran mostrarse combativos y  derramar algo de bálsamo en la supurante herida en el corazón de los valdivianos, producto del Cau Cau. Pero eso ya es historia; ahora es el puente subacuático.

En lo concreto, sería cueca que todos los parlamentarios de allá y acá subieran al mismo bote… siempre y cuando remen para el mismo lado. Opino que no están “dadas las papas” para intentar la construcción de un puente sub-acuático. El senador De Urresti como integrante de la Comisión de OOPP del Senado puede ayudar bastante en la búsqueda de un plan B…pero sin llegar con el cuchillo bajo el poncho tratando de sacar ventajas políticas. Los diputados Ilabaca y Rosas, también pueden empujar en la búsqueda de otra alternativa.

NI hablar de la senadora Von Baer y el diputado Berger, quienes pueden soplarle en el oído a Piñera, aún cuando  dicen las malas lenguas, y algunas buenas también, que el Presidente  no es muy bueno para escuchar, y por lo general actúa “por las de él”.  En suma, por el bien de nuestra querida Región, dejemos por un tiempo la politiquería, y practiquemos la política.