Los Opinantes
Martes 06 de mayo de 2025 |
Publicado a las
12:31 | Actualizado a las 12:31
La guerra comercial de Trump y su impacto en Chile
La guerra comercial de Trump y su impacto en Chile



La desestabilización económica que surge tras la imposición de aranceles de Trump tendrá efectos en distintos aspectos de la vida cotidiana. Estar informados y adoptar hábitos de consumo responsables pueden marcar la diferencia en cómo nos llegue a afectar la crisis.
Al momento de redactar esta columna, la denominada “guerra comercial” es, como suele decirse, una noticia en desarrollo. Se trata de la imposición unilateral de aranceles por parte del presidente Donald Trump a la importación de bienes manufacturados, tanto desde países aliados históricos, como desde naciones con las que Estados Unidos mantenía acuerdos comerciales vigentes.
Antes de evaluar los posibles efectos de esta crisis en la economía chilena, es pertinente recordar que dicha estrategia de política económica internacional no es nueva. Durante su primer mandato Trump implementó medidas proteccionistas (continuadas por el ex presidente Biden), enfocadas a las importaciones provenientes de China, Canadá, México y países europeos.
Make great America again: ¿Fin del multilateralismo?
Resulta paradójico que EUA ignore el rol fundamental que ha tenido en la configuración del actual orden económico mundial, cuyas relaciones políticas y comerciales facilitaron la consolidación de su hegemonía. En consecuencia, la economía nacional estadounidense evolucionó hacia una priorización del sector servicios, reduciendo su dependencia a la producción manufacturera. Aquellos bienes que no se producían o no convenía fabricar internamente (principalmente por los altos costos laborales) eran importados.
En cambio, la actual estrategia proteccionista busca, según el gobierno estadounidense, incentivar el consumo de productos locales, dinamizar la industria nacional, aumentar el empleo y promover el ahorro; un “Make great America again” que Trump ha amplificado con su particular, grotesco y estridente estilo. Sin embargo, una eventual reindustrialización no será inmediata, y, probablemente, estará marcada por un alto grado de tecnificación y automatización, lo que igualmente podría excluir a una parte significativa de la fuerza laboral, sin contar el encarecimiento de insumos proveídos por China, su principal adversario comercial.
Si bien, el trabajo conjunto entre países es clave para garantizar un desarrollo material equitativo entre las naciones y enfrentar colectivamente los efectos sociales y económicos de la crisis climática; la actual administración de Trump opta por desmantelar el marco de acción del multilateralismo y el rol de las instituciones de cooperación internacional surgidas tras la Segunda Guerra Mundial. Esta decisión es un retroceso tanto político como económico que no sólo desestabiliza al comercio global, sino que agudiza las vulneraciones a los derechos humanos.
¿Cómo afecta a Chile la arremetida de Trump?
La eventual desaceleración del crecimiento económico global, tras la imposición arancelaria de Trump, tendrá consecuencias en distintos aspectos de la vida cotidiana ya que la incertidumbre económica podría afectar a la producción, a los precios de las exportaciones chilenas y ralentizar el crecimiento local. Incluso, es previsible una disminución en los niveles de inversión y una posible contención de los puestos de trabajo y los salarios.
También, se ha advertido sobre el probable encarecimiento de productos importados en sectores clave como tecnología, alimentos, electrodomésticos, vestuario y juguetes, entre otros. Además, la incertidumbre económica y el menor dinamismo del crecimiento local podrían llevar a los bancos a endurecer las condiciones del crédito, aumentando las tasas de interés y acortando los plazos de pago. Frente a este panorama, las familias chilenas debiéramos reducir el consumo de bienes manufacturados, evitar el endeudamiento e incluso postergar viajes turísticos.
Por otro lado, en Chile, los posibles efectos de esta crisis internacional han sido analizados por actores políticos, intelectuales y líderes empresariales. Así es como ciertas voces han aprovechado la coyuntura para proponer medidas orientadas a “flexibilizar” normativas medioambientales y laborales o más bien eliminar “los cuellos de botella” en materia de ejecución de proyectos extractivistas e industriales.
Ya con anterioridad, los grandes grupos económicos acuñaron y lograron posicionar el término permisología, logrando la presentación del proyecto de Ley Marco de Autorizaciones Sectoriales, impulsado por el actual Gobierno en enero de 2024, que ya va en su segundo trámite en el Senado y que promete simplificar la obtención de permisos sectoriales, y así concretar inversiones de distinto tipo en plazos más cortos.
Ante este escenario, resulta indispensable que los distintos territorios cuenten con una ciudadanía informada y en alerta, junto a líderes sociales capacitados para anticipar y diseñar respuestas oportunas y adecuadas frente a los alcances de la crisis. Hasta ahora, el debate mediático ha carecido de esta perspectiva.
Pensar antes de consumir
Ante el actual escenario y a la espera de su evolución en los próximos meses, desde Acoval de Los Ríos recomendamos a las y los consumidores adoptar hábitos de consumo responsables, como una forma de enfrentar la crisis.
En ese camino, sugerimos reflexionar antes de adquirir nuevos bienes o contratar servicios, prefiriendo siempre reparar o reutilizar; comparar precios entre distintos proveedores, especialmente, cuando se recurre al crédito de consumo; priorizar el ahorro, en la medida de lo posible; y, de forma consistente, apoyar a aquellos productores locales que ofrecen productos saludables y sostenibles medioambientalmente, procurando buscar alternativas colectivas para el suministro, como las cooperativas de producción, de consumo o de abastecimiento que existen en la región y que hemos difundido desde nuestra Asociación. Sin duda, enfrentar la crisis desde el consumo responsable puede hacer la diferencia, frente a los efectos que esta pueda alcanzar en la economía de las familias chilenas.