Impulso al desarrollo regional

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Como Cámara Chilena de la Construcción estamos convencidos de que Chile tiene todas las condiciones necesarias para avanzar hacia un mayor crecimiento económico, un progreso social sostenido y mejores oportunidades para todas las personas. Para lograrlo, creemos que el desarrollo de las regiones es un elemento clave, especialmente cuando se trata de impulsar proyectos que generen un impacto positivo y duradero en el bienestar social.

Con este objetivo en mente, hemos elaborado un documento que reúne 60 propuestas concretas orientadas a proyectar el país que queremos construir de cara al año 2030. Esta iniciativa cobra especial relevancia en el contexto de un año electoral, donde el debate sobre los desafíos del presente y del futuro estará más vigente que nunca.

Las propuestas abordan temas fundamentales como el acceso a la vivienda, la mejora de barrios y ciudades, el fortalecimiento de la infraestructura para el desarrollo sostenible, la modernización del Estado y el impulso a la actividad económica.

Desde nuestra visión como gremio en la región de Los Ríos, creemos firmemente que para que estos avances se materialicen —sobre todo en las zonas más alejadas del país— es fundamental dar un verdadero impulso al desarrollo regional. Esto implica avanzar decididamente en procesos de descentralización que aseguren que las regiones cuenten con los recursos, herramientas y atribuciones necesarias para liderar su propio desarrollo, implementar sus estrategias locales y priorizar proyectos que generen crecimiento económico y empleo.

Un ejemplo claro es la necesidad de infraestructura pública estratégica en territorios con alto potencial productivo, debido a su ubicación, condiciones geográficas o recursos naturales. En nuestra región, esto se traduce en iniciativas como la consolidación, entre otras, de una doble vía de acceso a la capital regional, una obra largamente anhelada que tendría un efecto positivo en toda la zona. También es clave seguir avanzando en proyectos de salud pública, como la construcción de hospitales en comunas, que mejoren la calidad de vida de nuestros habitantes.

Por supuesto, todo esto debe basarse en una mayor colaboración entre el sector público y el privado. Está demostrado que cuando las decisiones son centralizadas y poco participativas, las soluciones suelen llegar tarde y ser ineficaces. En cambio, cuando se trabaja en conjunto, los resultados son más pertinentes, oportunos y cercanos a la realidad de las comunidades.