Calidad de vida y conciencia ciudadana

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Calidad de vida y conciencia ciudadana
Imagen de contexto | RioenLinea
Calidad de vida y conciencia ciudadana
Imagen de contexto | RioenLinea

Publicado por: Lorena Liewald Dessy

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La semana pasada me referí a la condición de Valdivia como ciudad turística y al estado de algunos de nuestros monumentos, así como a la responsabilidad que tenemos todos los ciudadanos en su cuidado. Hoy mi reflexión vuelve sobre esa idea, pero esta vez sumo otro elemento que considero fundamental, la calidad de vida de quienes habitamos esta ciudad.

Cada cierto tiempo leemos en distintos medios que Valdivia se ubica entre las ciudades con mejor calidad de vida del país. Y, en efecto, parece lógico pensar que esto se debe a un entorno natural privilegiado, su escala humana, existencia de una infraestructura de servicios adecuada, actividad cultural, entre otros.

Calidad de vida, en definitiva, es lo que todos buscamos. Vivir seguros, rodeados de belleza, con oportunidades de desarrollo y con un sentido de pertenencia hacia el lugar que habitamos.

Sin embargo, al recorrer las calles de nuestra querida Valdivia, surgen contradicciones que ponen en duda esa percepción. No me refiero al deterioro de las calles, ese es otro tema, sino al modo en que las usamos, lo que revela un problema más profundo, la falta de conciencia ciudadana.

Veredas convertidas en estacionamientos, zonas con prohibición de estacionar usadas para ese fin, ciclovías interrumpidas o bloqueadas, basura dejada fuera de horario, y peatones que deben bajar de las veredas porque el espacio público ha sido invadido.

Estas conductas, que parecen menores o cotidianas, son señales de una convivencia deteriorada. Reflejan una manera de entender la ciudad desde el interés individual y no desde el bien común.

La calidad de vida no solo depende de la infraestructura o de las políticas públicas, sino también de nuestras prácticas diarias y del respeto hacia los demás. Si queremos seguir siendo una ciudad atractiva y habitable, debemos asumir que cuidar Valdivia implica algo más que admirar su paisaje, implica vivirla con responsabilidad, coherencia y sentido de comunidad.

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